A veces aparece alguien entre la multitud que nos recuerda por qué elegimos esta bendita profesión.
Tom, deseo haberte transmitido toda la ilusión y la necesidad del trabajo bien hecho que siento cada día.
No hace falta saltar al césped para ser un campeón. Al entrar en las mentes y en los corazones de los niños que han tenido la suerte de escuchar tus lecciones, tú ya has salido a hombros en las mejores plazas, ya has levantado trofeos en los mejores estadios y ya has brillado en la ciudad de las estrellas.
One teaches, two learn. No lo olvides nunca.
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